Muchas de nuestras compañeras, hermanas, amigas, primas o quizás tú misma están perdiendo el verdadero sentido de la palabra princesita. Muchos catalogan a la adolescencia como la edad más hermosa, pero quizás no todas creemos lo mismo o lo estamos viviendo de otra manera y estamos pasando de ser princesitas hermosas y delicadas a convertirnos en unas niñas obsesionadas con el físico sin pensar que el verdadero sentido de la palabra no es ser delgada y atractiva, sino, aceptarnos como somos para que nuestro entorno haga lo mismo. Todas somos princesitas y este mundo quizás no tan agradable es nuestro cuento de hadas. Todas tenemos sueños que cumplir, amor que dar y alegría para brindar a quienes de verdad la necesitan. Debemos hacerle entender a todas las princesitas que este es nuestro mundo y nosotras le damos el significado, y lo manejamos según queramos.
Un defecto no es nada, estamos llenas de defectos, pero el mundo (a pesar de que tendemos a verlo como un mundo utópico) nos verá igual, tal como somos.
Por eso princesitas no se dejen influenciar por el horrible mal de ANA y MIA que quizás muchas lo están viendo como un apoyo pero es solo una manera de matarte lentamente día a día hasta que no puedas controlarte ni vivir la hermosa vida que cada día nos trata de entregar más magia que, inconcientemente, ya no la queremos recibir.
Estas son las dos enemigas a nivel mundial de todas nuestras princesitas:
Una conducta psiquiátrica que se debe a conductas de trastornos alimentarios y es por un rechazo a mantener el peso normal y el miedo a engordar. Se evita ingerir alimentos, se suele integrar a las dietas alimenticias cosas con exceso de fibra.
También es un trastorno alimenticio y se basa en comer y vomitar e ingerir en exceso diuréticos, y realizar en exceso ejercicio.
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