
Cuando estamos en la adolescencia consideramos “libertad” la capacidad de escapar de una supuesta presión de parte de los adultos y estos, a su vez, la consideran como la completa independencia de la sociedad. Ambos son “definiciones” impuestos por la sociedad, pero la libertad va más allá, ésta es la posibilidad de elegir: si seguir a la sociedad, a la masa de gente rígida por normas básicas, o tomas tus propias decisiones. Sin embargo, aquél que es verdaderamente libre suele ser echado a menos, tachado como diferente y eso, en la sociedad, es malo. Así, como ejemplo, tenemos muchas tribus urbanas, que son tan diferentes a la “gente normal”, discriminan a aquella.
